El sector cerámico recuerda que la tabiquería interior de ladrillo cumple con los requisitos recogidos en el CTE, además de contribuir a regular la humedad del ambiente y mejorar la calidad del aire interior, promoviendo la salud y el bienestar en el interior de la vivienda. id:75914
El ruido es uno de los problemas más habituales en las viviendas españolas y el responsable de patologías como la falta de sueño, el estrés, e, incluso, problemas cardíacos. Una situación que se ha agravado durante y tras el período de confinamiento, al tener que pasar más tiempo en el interior de nuestras casas. Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre las condiciones de vida –publicada en julio y donde se recogen los datos de 2020–, uno de cada cinco hogares sufre este problema. Además, el 22,1% de los encuestados, ocho puntos más que en 2019, afirma que las mayores incomodidades proceden del ruido de los vecinos y/o de la calle.
La rehabilitación de la vivienda con criterios de salud y eficiencia es la mejor alternativa para paliar esta situación, favoreciendo el ahorro y el confort. Así lo creen más del 40% de los españoles, quienes, según destaca el Informe Trimestral sobre el Sector de la Reforma elaborado por Habitissimo, estarían dispuestos a mejorar sus viviendas en los próximos cuatro años.
Para conseguirlo, garantizando la salud y la calidad del descanso, desde Hispalyt, Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida recomiendan el uso de materiales que contribuyan a reducir el ruido y garantizar el confort acústico. La asociación destaca la importante aportación de los materiales cerámicos como solución frente al ruido –tanto en obra nueva como en rehabilitación–, ya que estos “no solo se caracterizan por su buen aislamiento acústico, sino también por mejorar otras prestaciones como el aislamiento térmico, seguridad y la sostenibilidad, también mejoran la salud y bienestar en el interior de la vivienda al reducir el impacto del ruido, tanto del proveniente del exterior como el que se filtra entre viviendas y/o habitaciones”.
En este sentido, y para reforzar esta seña de identidad del material cerámico, la asociación cuenta con la marca Silensis, que engloba a todas las paredes de ladrillo y bloque cerámico, de elevadas prestaciones acústicas, diseñadas para cumplir con las exigencias del CTE en materia de aislamiento acústico. Las soluciones Silensis permiten garantizar resultados de aislamiento acústico in situ de entre 50 dB y 55 dB. Además, para facilitar los cálculos necesarios para diseñar acústicamente el edificio empleando soluciones de tabiquería interior y/o cerramiento exterior (fachada) cerámicas, Hispalyt ha desarrollado la Herramienta Silensis, que proporciona las combinaciones de elementos constructivos que cumplen con el CTE.
“Silensis es el fruto de varios años de investigación y trabajo realizados desde la asociación, con la implicación de las empresas fabricantes. Con esta marca queremos que tanto los profesionales del sector, como los usuarios finales, sean capaces de reconocer aquellas soluciones que contribuirán a mejorar su calidad de vida y confort, cumpliendo con lo fijado en la normativa española”, explican desde Hispalyt.
Dentro de Silensis, la asociación también ha desarrollado MURALIT, un sistema constructivo para particiones interiores verticales en edificios de vivienda, que se basa en el empleo de paredes de ladrillo hueco gran formato (LHGF) revestidas con placa de yeso laminado (PYL). Con la instalación de este sistema se cumple con las exigencias del CTE y se logran altas prestaciones térmicas y acústicas.
“Ambos sistemas permiten dar una respuesta eficaz al problema del aislamiento acústico en la vivienda, evitando la propagación de ruido entre habitaciones o entre viviendas contiguas”, aseguran desde la Hispalyt. “Además, la instalación de ladrillo y/o material cerámico en fachada o cubierta reduce notablemente el ruido del exterior, por lo que su empleo está muy recomendado también para la construcción de estos elementos”, recuerdan.
Pero las aportaciones del ladrillo y material cerámico a la salud no se limitan únicamente al bienestar acústico, también contribuyen notablemente a evitar otras patologías asociadas al síndrome del edificio enfermo: humedades y moho, descompensación térmica, mala calidad del aire interior, etc.
Los materiales cerámicos presentan un excelente comportamiento ante la humedad. Dada su naturaleza porosa, son capaces de absorber el exceso de humedad del ambiente y liberarla cuando el ambiente es más seco, permitiendo la regulación del mismo. “Su buen comportamiento frente a la humedad hace que su empleo esté muy extendido en estancias con un alto grado de humedad, como baños o cocinas, o en lugares que requieren un cuidado especial, como es el ámbito hospitalario”, apuntan desde la asociación.
Además, los materiales cerámicos y el ladrillo no desprenden Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs), ni sustancias peligrosas o gases como el radón, garantizando la calidad del aire en el interior de la vivienda.