“A corto plazo, un aumento del coeficiente deuda de los hogares / PIB suele estar asociado a un mayor crecimiento económico y un menor desempleo, pero los efectos se revierten en el curso de tres a cinco años. Además, un alza más fuerte de la deuda de los hogares está asociada a una mayor probabilidad de crisis bancarias. Estos efectos adversos son más pronunciados cuando la deuda de los hogares es más alta y, por lo tanto, son más marcados en las economías avanzadas que en las de mercados emergentes, donde la deuda de los hogares y la participación en los mercados de crédito son más bajas”, explica el organismo.