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Toyota Aygo X-Wave x-Shift

Toyota Aygo X-Wave x-Shift
Ampliar

Un pequeño urbano con un estilo y personalidad únicos

Por Mariano García Viana
lunes 28 de agosto de 2017, 23:23h
De las versiones más modernas del Aygo lanzadas en lo que va de año, sin lugar a dudas la X-Wave es la más llamativa y personal, que además de sus únicos rasgos puede presumir de tener un techo eléctrico de lona que lo hacen descapotable.
La generación actual del Aygo, fue lanzada en España en 2015 y gracias a su atrevido diseño y las múltiples posibilidades de personalización que pueden dar lugar a que el propietario tenga un modelo prácticamente único, se ha convertido en uno de los modelos del segmento A, el de los urbanos, más exclusivos, juveniles y con más clase.

Desde luego el pequeño de Toyota no pasa desapercibido, sus formas son realmente originales, sobre todo en esta versión de un bonito color rojo, mezclado con inserciones en negro, incluida la capota de lona del techo. Ya de entrada la señalada X del diseño frontal no nos deja inmunes a su originalidad. Desde los faros, que se prologan descaradamente por el lateral de la carrocería, nace una banda de color negro que discurre hasta englobar los faros antiniebla, envolviendo en esa banda negra las entradas de aire centrales dejando solo fuera de ella, ya en la parte delantera de la aleta o sea en la zona roja, la oblicua luz de día de leds. Y en la parte superior de la X en el centro, el generoso logo de la marca. Un “morrillo” que es un verdadero puñetazo de atención. La trasera tampoco se puede decir que no sea original, es casi tanto como el frontal. Los grupos ópticos verticales abrazan la luneta que hace las veces de portón trasero, todo de cristal con la parte inferior de fondo negro, como todo lo enmarcado y la parte baja del paragolpes, el resto en el color rojo de la carrocería, pero todo con formas irregulares y estéticamente diseñadas para que prevalezca la originalidad. Lateralmente se aprecia la cortedad de su tamaño, apenas 3 metros y medio, pero a pesar de ello con 4 puertas que permiten un fácil acceso a las cuatro plazas ya que la puerta trasera aprovecha al máximo el diseño hasta el borde justo de la carrocería, donde empiezan los grupos ópticos traseros. Las llantas de aleación, con alguna inserción en rojo, da un toque deportivo al modelo.

En el interior tampoco faltan los toques de originalidad. Sabiamente Toyota ha mezclado las zonas de plástico de la parte superior del salpicadero, con la de chapa a la vista del mismo color rojo del exterior en la parte inferior, mientras que en las puertas es al contrario, parte superior de chapa vista e inferior forrada en plástico. El cuadro, centrado en una gran esfera en la que ocupa todo su perímetro el velocímetro y en su parte central una pantalla digital refleja la posición de la palanca selectora del cambio, los datos del ordenador y el nivel de combustible. A cada lado de este gran reloj se sitúan dos “apéndices” no simétricos, el de la izquierda para el cuentavueltas y el de la derecha para indicar cuando hay que cambiar para ahorrar combustible y diversos avisadores ópticos. En el centro del salpicadero, en un “mueble” que sobresale notablemente, se encuentra la pantalla multifunción y más abajo, con un diseño original, como no puede ser de otra manera en el Aygo, se encuentran los mandos del climatizador, que por cierto tiene unas salidas de aire redondas a cada lado del salpicadero y rectangulares sobre el mueble de la pantalla. Las ventanillas traseras son de apertura de compás.

Los asientos disponen del reposacabezas integrado y en esta versión mezclan el tejido con la piel. Si sumamos los asientos de aspecto deportivo, las alfombrillas con ribetes rojos, el diseño en general y sobre todo el techo de loneta con accionamiento eléctrico, que la repliega al final del techo, todo el habitáculo transmite un espíritu juvenil, desenfadado y sobre todo moderno. Como es de suponer el maletero es pequeño, pero suficiente para un uso urbano.

El motor que mueve a este pequeño atrevido, es un tres cilindros de gasolina VVT-i de un litro de cilindrada, que ofrece una potencia del 69 CV a 6.000 r.p.m. y un par de 95 Nm a 4.300 r.p.m. Una mecánica que a pesar de su baja cilindrada y su potencia ajustada se muestra más que suficiente para desenvolverse con agilidad en el tráfico urbano y que sorprende a la hora de sacarle partido a esos 69 caballos en carretera, A revoluciones bajas y medias apenas si se deja oir en el habitáculo y cuando aquellas se elevan el sonido típico de la mayoría de los tres cilindros no resulta en modo alguno molesto. Si las prestaciones se fijan en una velocidad máxima de 160 km/h y una aceleración de 0 a 100, la realidad es que su excelente comportamiento le confieren unas sensaciones superiores.

Acompañando al pequeño, pero eficiente motor, Toyota ha montado un cambio automático x-shift del tipo robotizado con cinco velocidades, que en ciudad funciona perfectamente, pero que a la hora de sacar partido al coche con aceleraciones continuadas que le obligan a cambiar a sucesivas marchas, se muestra con una especie de duda entre una y otra velocidad cuando el cambio se realiza en marchas cortas, de primera a segunda y posteriormente a tercera, en cambio cuando ya se sube a cuarta y posteriormente a quinta, ese “preámbulo” entre marchas desaparece prácticamente. Si se quiere manejar manualmente además de hacerlo en la propia palanca, también se dispone de levas tras el volante, aunque realmente no creemos que se utilice mucho, pues la comodidad general del X-Vawe invita a ir siempre en modo automático y con las aceleraciones suficientes como para que las velocidades se engranen una tras otra de forma suave y con la ventaja de ir disfrutando de la brisa que proporciona el techo abierto casi como un auténtico descapotable.

Esta versión X-Vawe está bien equipada y entre los elementos que podemos encontrar citamos el potente climatizador, el indicador de presión de los neumáticos, las luces diurnas de leds, el asistente de arranque en pendiente, el sistema multimedia, el limitador de velocidad y la velocidad de crucero, etc.

En definitiva, un pequeño coche lleno de detalles, con un estilo incomparable, entre juvenil y deportivo y que desde luego que no pasa desapercibido por su indudable clase.

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