Eaton explica por qué el tándem de ciberseguridad y garantía del abastecimiento energético es la respuesta más efectiva para cubrir las necesidades de la banca dada su digitalización. id:62272
La transformación digital ha cambiado el funcionamiento de nuestras vidas y de todo tipo de sectores e industrias, incluyendo la banca. La mayoría de los usuarios han pasado a realizar sus trámites bancarios por Internet, aumentando considerablemente el volumen de las operaciones digitales; el sector financiero, por su parte, ha reducido el número de sucursales físicas y ha impulsado la actividad online como parte de su estrategia de digitalización.
Entre las consecuencias de este entorno online se encuentra la necesidad de una mayor gestión de los datos. Según el estudio Global Data Protection Index, entre 2016 y 2018 el crecimiento de los datos manejados creció un 569%, y las compañías pasaron a gestionar, de media, 9,70 PB de datos en 2018. Si tenemos en cuenta que, tal y como recogía Mastercard el año pasado, 8 de cada 10 españoles ya utiliza de forma habitual la banca online para gestionar sus finanzas, no es de extrañar que una gran parte de ese volumen de datos administrados provenga de este sector.
Debido a este auge de los servicios financieros digitales, este sector tiene que estar disponible en todo momento y lugar para dar el servicio adecuado a los usuarios, empresas y al sector público. Por ello, es fundamental que los bancos, su infraestructura, los centros de datos donde almacenan y analizan su información, y los proveedores de sus servicios de cloud computing estén protegidos, pase lo que pase.
“Aquí hablamos, por un lado, de la defensa ante caídas o ataques a la red que puedan provocar cortes en el suministro energético. Por otro, también hay que tener en mente la protección de los diferentes endpoints y vulnerabilidades explotables, de forma que los hackers no puedan acceder a las infraestructuras por ningún punto. Se trata de poner el foco en la continuidad del negocio ante cualquier circunstancia, siempre de la mano de la eficiencia energética y la sostenibilidad”, señala Juan Manuel López, responsable de ventas del segmento Data Centers en Eaton Iberia.
Este tándem de protección y garantía del abastecimiento energético es una respuesta efectiva para evitar el fraude, operaciones sin finalizar que queden en tierra de nadie y, en general, pérdidas económicas por, entre otros supuestos, cese de actividad o por sustracción indebida de la información sensible administrada.
Los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI), siempre que estén dotados de las prestaciones que recojan los más altos estándares internacionales (certificados en UL 2900-2-2 e IEC62443-4-2) en materia de ciberseguridad, como la tarjeta de red Gigabit Network de Eaton, garantizan la invulnerabilidad ante ataques externos, además de que proporcionan continuidad al servicio en caso de necesidad gracias a la autonomía de sus baterías.
“La capacidad camaleónica de estas soluciones y herramientas para adaptarse a los requerimientos de cualquier negocio e industria es altamente beneficiosa para la banca”, explica el responsable de Eaton. “Una infraestructura tan crítica como es la de los servicios financieros no puede permitirse fallos en el suministro o en la ciberseguridad, por eso es importante que cuenten con un partner de confianza que sea capaz de proporcionarles la tecnología más puntera para que eso no ocurra”, añade.
Los SAIs de Eaton cuentan con la protección de la tarjeta de red Gibabit M2, que garantiza el cumplimiento de esos estándares de ciberseguridad al estar certificada en ambas normativas, UL y EN-IEC; conformando así la oferta más completa para la protecciónde las aplicaciones críticas de la banca en cuanto al suministro de energía y su ciberseguridad.