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Furor inmobiliario en Girona: aumenta la compraventa de inmuebles más que en Barcelona
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Furor inmobiliario en Girona: aumenta la compraventa de inmuebles más que en Barcelona

martes 22 de noviembre de 2022, 11:53h

Situándose entre las primeras con mejor calidad de vida gracias a su sistema urbano y ostentando el título como la poseedora de mayor superficie forestal del país, la provincia de Girona es un paraíso renacido. Tanto que el interés habitacional tanto por los pisos como por las masías de la zona ha llegado a crecer más que en Barcelona. En el caso de las antiguas edificaciones, suponiendo incluso un beneficio para el patrimonio territorial. ID: 85647

Crece en Girona la compraventa de inmuebles

Según un estudio de l’Institut Valencià d’Investigacions Econòmiques (IVIE), junto a otras provincias, Girona aparece entre las primeras con mayor calidad de vida del Estado gracias a las altas condiciones de su medio urbano. Fruto de ese estatus, los pisos girona y otros inmuebles en la zona se han ganado una gran atracción en la actualidad. En especial si atendemos a algunos datos o su comparativa con Barcelona.

A pesar de que ambas provincias se diferencien por miles, dentro de cada contexto, la compraventa de viviendas en Girona creció más del 20%, mientras que las cifras de Barcelona solo lo hicieron en un rasurado 12%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre septiembre de 2021 y el de este año, última fecha del registro. Pero, ¿cuál es la causa de ese exponencial interés inmobiliario en la región catalana?

El éxodo pandémico y su efecto demográfico en Girona

Según el informe de 2021 del Ayuntamiento, el número de pisos vacíos en Girona se redujo un 38% a lo largo de esta última década —de 1.274 en 2011 a los 785 actuales. Por el contrario, y aunque sin llegar a compensar el primer porcentaje, el número de viviendas presentó un modesto crecimiento del 2,3% durante el mismo periodo—pasando de 47.633 a 48.761. Datos que ilustran la creciente exclusividad de la zona.

De hecho, la población de Girona ha crecido un 5,3% en los últimos diez años de los 96.722 a los 101.932 habitantes según el Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat). Un incremento elevado en comparación con ciudades como, por ejemplo, Barcelona, cuya población solo subió un 1,3% durante ese mismo periodo. Y es que la pandemia actuó como un gran catalizador habitacional entre municipios, regiones y comarcas.

La claustrofobia por la masificación y su consecuente miedo a la mayor probabilidad de contagio, resultaron en que la provincia de Girona experimentó un aumento superior a la de Barcelona —de un 0,8% y de un 0,02%, respectivamente—. Del mismo modo, la comarca del Gironès crecía un 0,16% en el mismo periodo mientras la del Barcelonès se reducía en un 0,5%. Destacando un crecimiento de la población del 0,8% en las Comarques Gironines. Y con motivo dado el fuerte polo de atracción que es Girona.

Girona abastece una población que pide más aire libre

Buscando huir del estrés urbano, muchos ciudadanos encontraron en la pandemia un salvoconducto para buscar destinos de vida con mayor espacio al aire libre, ya que la cuarentena despertó o reavivó el interés por la naturaleza de la mayoría. O, dicho de otro modo, la búsqueda de una mejor calidad de vida. Alejada de la masificación y la arquitectura en bloque para acercarse, o volver, a una atmósfera un poco más atávica.

Basta con echar un vistazo a algunas de las masias en venta girona para percatarse de que la zona goza de un valor de arraigo único y, consecuencia de ello, de un incipiente interés natural. Destacando entre el resto de las provincias, Girona posee la mayor densidad de superficie forestal del país y es la tercera con más hectáreas ocupadas por bosques, con 48.000 árboles por km2 según datos del Inventario Forestal Nacional.

Comprar masías: ¿la solución a la conservación del patrimonio?

Como bien denuncia la técnica de patrimonio cultural Marta Lloret, conocida como La Caçadora de Masies por su rol como activista por la preservación de estas edificaciones, su protección sería mayor de constituirse como Bienes de Interés Nacional. Sin embargo, según la cazadora y cargando contra su catalogación, que no las protege de ningún daño, la dejadez institucional es en muchos casos fruto de su largo deterioro.

Además de su valor histórico, inmarcesibles ante el paso del tiempo —algunas, todavía en pie después de siglos— las masías no son solo viviendas antiguas perfectamente habitables, sino que son, además, actualizables y sostenibles. Causando nulo impacto urbanístico por su preexistencia y aptas para una reforma como cualquier otro tipo de inmueble, su atractivo es también un remedio muy útil contra su negligente abandono.

Parafraseando a Lloret, el patrimonio rural es la esencia del país, aunque las masías sean a menudo obviadas en las charlas sobre su legado nacional. En Girona, además de pisos, existen inmobiliarias con un interesante y extenso catálogo de masías para entrar a vivir que buscan quien las llene con nuevas historias. Están próximas a Francia y cerca de la Costa Brava, esperando renacer al son de las llaves de sus nuevos propietarios.

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