¿Cómo funcionan los sistemas cableados y las alarmas inalámbricas?
Las alarmas cableadas conectan toda la vivienda a través de cables que envían información a un panel de control central y, en caso de ser necesario, a la central receptora de alarmas. Todos los elementos incluidos en este sistema (sensores, cámaras) van conectados mediante cables tangibles, específicos para cada caso.
En cambio, las alarmas inalámbricas se basan en una conexión mediante red sin cables que comunica toda la zona a cubrir. Son sistemas que utilizan la tecnología de radiofrecuencia para crear una red en casa que puede transmitir alarmas.
Cada opción presenta pros y contras, pero por lo general, las alarmas cableadas superan en prestaciones a las inalámbricas. No obstante, la decisión final depende de cada familia y habrá de ajustarse a sus necesidades y al encaje presupuestario.
¿Qué hace de las alarmas inalámbricas una opción potencialmente atractiva?
Las alarmas inalámbricas requieren un proceso de instalación más cómodo y rápido. En poco tiempo resultan operativas y no hay necesidad de hacer obras en casa. Además, se les puede acoplar nuevos sensores o sistemas cómodamente.
Su resultado estético es inmejorable, pues son discretas y elegantes. A su vez, permiten la instalación de sensores de alarmas más lejos del panel de control que los sistemas de seguridad conectados por cable. Finalmente, son más difíciles de alterar.
La contrapartida de esta apuesta es que al ir conectadas a una red inalámbrica, son más vulnerables ante posibles ataques. Por otra parte, su fuente de energía puede agotarse y su capacidad de actuación está muy limitada por el tamaño de la red.
Sistemas de alarmas conectados por cable: más protección y mejor comunicación
Los sistemas cableados, a pesar de que implican un mayor trabajo de instalación, evitan las tareas de mantenimiento propios de las fórmulas inalámbricas. Los sensores cableados se alimentan de la electricidad y no hay que estar constantemente cambiando las baterías.
Otro punto interesante es que en una alarma cableada no hay opción de inhibición de señales. Los sensores siguen en marcha en todo momento. Igualmente, la central receptora de alarmas va a detectar los sensores dañados en todo momento y puede avisar a los técnicos para que acudan a solventar esos problemas.
El precio de estos sistemas es más económico, ya que requieren una configuración más sencilla. Y en cuanto a la supuesta ventaja de la instalación en menos tiempo, esta diferencia no es tan apreciable, ya que un sistema por cables puede estar funcionando en un solo día.
Alarma cableada vs alarma inalámbrica
Como vemos, las diferencias entre ambos sistemas son notables, y aunque ambos pueden ofrecer prestaciones muy potentes, en el apartado de seguridad ganan muchos enteros las alarmas cableadas.
Estás quedan al margen de posibles ataques para inhibir la comunicación y sus desventajas son meramente estéticas. En cuanto al tiempo de instalación, no es tan relevante que una alarma inalámbrica esté operativa en pocas horas y la cableada en cambio implique un mayor esfuerzo en tiempo e incluso con obras en casa.
Desde Aime Seguridad, líder en la instalación de alarmas cableadas para viviendas y hogares en España, insisten en los aspectos positivos de esta fórmula. La empresa incide en que las alarmas de alta seguridad, las de Grado 3, no permiten la instalación de ningún sistema vía radio.
La conclusión final es clara, ambas opciones pueden resultar válidas para garantizar la seguridad en comercios, fincas y viviendas, aunque las cableadas siguen ofreciendo un grado extra de protección.
La misión final de estos sistemas es
detectar la presencia de intrusos en una propiedad privada. Cuando esto ocurre se activan señales para disuadir a estas personas y alertar a los vecinos de esta situación. Al mismo tiempo, se envían señales a la central receptora de alarmas para poner en conocimiento a las autoridades policiales.