Desplazarnos con un coche eléctrico que no genera emisiones locales de forma directa, cuya energía se ha obtenido de una fuente renovable y que es muy económica. ¿Es realmente posible alcanzar esta meta para una familia española? La respuesta es sí, pero hay diversos factores que tenemos que analizar. id:74163
Miles de conductores ya se han pasado a un coche electrificado en España, y muchos más se están planteando el cambio. Y una buena parte de ellos ha elegido Peugeot, que lidera el mercado de turismos electrificados (100% eléctricos e híbridos enchufables) en nuestro país, con 3.190 matriculaciones de turismos en los seis primeros meses del año, un 11,3% del mercado. Algo similar sucede con muchos usuarios que ya generan, o se plantean generar, su propia energía limpia en casa con placas solares. El autoconsumo eléctrico se triplicó en 2020, con 113,24 megavatios de placas solares instalados en el sector residencial.
Tipos de instalaciones: mejor una conectada y con control dinámico
Existen dos tipos de instalaciones fotovoltaicas: aislada y de autoconsumo. La primera opera de forma independiente a la red eléctrica, captando la energía procedente de la luz solar mediante los paneles fotovoltaicos que componen la propia placa y almacenándola en potentes sistemas de baterías. Con esta instalación es muy difícil alimentar un coche eléctrico durante todo el año, pues nos quedaremos sin energía para hacerlo cuando haya una sucesión de días nublados y se gaste toda la energía acumulada en las baterías del hogar.
En la segunda, la instalación fotovoltaica sí está conectada a la red eléctrica. Una instalación de autoconsumo puede ser con excedentes y sin compensación (un sistema que no es eficaz para instalaciones residenciales) o con excedentes y compensación. Con esta última, el hogar puede consumir energía de la red o de sus propias placas, “inyectándose” el excedente a la red eléctrica. Esto se traduce en un ahorro en la factura de luz, pues la empresa comercializadora de la luz nos compensa por nuestro excedente a un precio acordado previamente (alrededor de 0,05€/kWh más IVA, de media).
Además, en una instalación conectada se puede instalar un control dinámico de potencia, que permite regular la potencia transformada por las placas solares y la energía de la red contratada mientras se carga nuestro coche. Con este sistema podríamos cargar el vehículo utilizando únicamente el excedente de energía solar producida o realizar una carga rápida con la máxima potencia combinando energía procedente de la producción fotovoltaica con la energía contratada o balancear la carga con la potencia disponible de la instalación fotovoltaica y el mínimo de electricidad de la red eléctrica necesario para que el vehículo nunca pare de cargar.
¿Cuántos paneles serán suficientes?
Otro punto clave a la hora de instalar un sistema fotovoltaico es hacer un cálculo de la potencia que necesitaremos para abastecer tanto el consumo doméstico como la carga de nuestro vehículo electrificado. La potencia necesaria varía en función del consumo de cada hogar y de la capacidad de la batería del vehículo. El espectro de capacidades en la gama electrificada de Peugeot es amplio, partiendo de los 13,2 kWh de las baterías de los híbridos enchufables (3008 Hybrid y 508 Hybrid), a los 75 kWh de la versión de autonomía extendida del Peugeot e-Traveller, pasando por los 50 kWh de capacidad de la batería de los Peugeot e-208 y Peugeot e-2008.
En cuanto a la energía que es capaz de generar una instalación fotovoltaica, depende de la potencia del panel solar (suelen estar entre 150 y 500W) y la zona geográfica en la que lo instalemos, porque no es lo mismo las horas de luz solar y la incidencia del sol en A Coruña (que tienen 1.170 horas solares pico y una capacidad de generación de 2.047 kWh anuales) que en Almería (que tiene 1.710 horas y una capacidad de 3.052 kWh). Un Peugeot e-208 dispone de una autonomía de 340 kilómetros (WLTP) con la carga de su batería de 50 kWh. De esta forma, si recorremos 15.000 kilómetros al año, consumiremos 2.205 kWh de energía anuales. Para conseguir esa energía, necesitaríamos instalar cinco placas solares capaces de producir 450 kWh anualmente, cada una. Al estar nuestra instalación conectada, los excedentes de energía generados durante el día y en verano, compensarían económicamente el mayor aporte de la red recibido por la noche y en invierno.
¿Se puede recargar por la noche?
Una instalación fotovoltaica no genera energía por la noche. Lo ideal sería cargar nuestro vehículo durante el día, es decir, en el periodo de tiempo en el que las placas solares funcionan a pleno rendimiento. Con un control dinámico de potencia y dependiendo de lo soleado que sea el día, el coche se recargará únicamente con la energía del sol o con una combinación de la generada en casa y la de la red.
Pero la mayoría de los usuarios recarga su coche en casa por la noche. En una instalación conectada podremos hacerlo de un modo muy económico, pues nos aprovecharemos del tramo valle de la nueva tarifa 2.0TD y de la compensación económica que nos hace la comercializadora de electricidad por el excedente que hemos generado durante el día. En una instalación aislada podríamos recargar el coche por la noche con la energía acumulada durante el día en las baterías de nuestro hogar.