Vamos por el buen camino para limitar el calentamiento global muy por debajo de 2º C. La Unión Europea ha puesto en marcha una ambiciosa política legislativa para reducir las emisiones en al menos un 60% para 2030 respecto a los niveles de 1990. id:72262
La Ley Europea del Clima más allá al proponer un objetivo jurídicamente vinculante de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050. El Parlamento Europeo estableció nuevas normas de emisión de CO2 para coches y furgonetas (Reglamento UE 2019/631), que entraron en vigor el 1 de enero de 2020.
Junto con esta legislación, el mercado europeo está siendo testigo de un auge en la venta de nuevos vehículos eléctricos. Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, las ventas de vehículos eléctricos nuevos, incluidos los totalmente eléctricos y los híbridos enchufables, se dispararon un 51,8%, hasta 110.630, solo en el tercer trimestre de 2019. Pero ¿es un caso de "lavado verde" (green-washing) y cuáles son los impactos ambientales ocultos de los vehículos eléctricos?, ¿existen realmente los coches conbajas emisiones de CO2?
Impacto medioambiental
El transporte representó el 24% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono procedentes de la energía en 2018 (Fuente: AIE), de las cuales los vehículos de pasajeros (coches y autobuses) supusieron el 45%. Dado el potencial de reducción y el correspondiente impacto en las emisiones globales, el desarrollo de la tecnología de los vehículos eléctricos es esencial para alcanzar los objetivos climáticos.
Sin embargo, es importante no dejarse llevar por la promesa de cero emisiones del tubo de escape delos vehículos totalmente eléctricos. Hay que tener en cuenta todas las de emisiones de gases de efecto invernadero asociadas de todas las fuentes directas e indirectas de producción, denominadas emisiones de alcance 1, 2 y 3. Estas incluyen las emisiones asociadas a la fabricación y a la extracción, procesamiento y distribución de fuentes de energía (energía eléctrica y combustible).
En este sentido, un estudio publicado en la revista Nature Sustainability (junio de 2020, “Reducción de las emisiones netas de los coches eléctricos y las bombas de calor en 59 regiones del mundo a lo largo del tiempo”) confirmó que merecía la pena expandir las tecnologías de los vehículos eléctricos, dado el ahorro de CO2 respecto a los coches convencionales. Sin embargo, la fuente de electricidad tiene un efecto sobre las emisiones del vehículo eléctrico, que variará según la zona geográfica y su uso de fuentes de energía específicas (es decir, gas natural, nuclear, carbón, viento...) para la generación de electricidad. Por ejemplo, en un estudio realizado por científicos alemanes y presentado en el Instituto Ifo el 17 de abril de 2019, se dice que los vehículos eléctricos, si se tiene en cuenta la producción de baterías y el mix energético alemán, generan incluso más CO2 que los modelos diésel. De ahí que existan disparidades según el país y la fuente de energía.
Además, el debate se intensifica en función de la tecnología utilizada y los consumidores preocupados por el clima deben desconfiar de las elevadas ventas. Por ejemplo, según un estudio publicado por Transport & Environment (11/2020) titulado "Híbridos enchufables: ¿se dirige Europa hacia un nuevo dieselgate?", tres de los vehículos híbridos enchufables (PHEV) que más se vendieron en 2019 generaron entre un 28% y un 89% más de emisiones que las anunciadas, en condiciones óptimas de prueba. Mientras que los PHEV presumen de unas bajas emisiones de CO2 que, por lo general, no superan un tercio de las de un coche con motor de combustión tradicional, esos tres vehículos probados por Emissions Analytics no alcanzaron los objetivos de ahorro de emisiones de carbono prometidos, ni siquiera al arrancar con la batería completamente cargada. Y los resultados se quedaron incluso por debajo de los objetivos cuando arrancaron con la batería vacía, produciendo hasta ocho veces más emisiones de CO2 de las anunciadas.
La nueva normativa sobre financiación verde podría poner fin a la publicidad de los PHEV por parte de los fabricantes como "inversión sostenible" ya en 2026 y, por tanto, acelerar la transición a los vehículos totalmente eléctricos, acercando a Europa al objetivo climático. Algunos Estados miembros proactivos de la UE ya han excluido a los PHEV de las desgravaciones fiscales, lo que ha provocado un aumento de las ventas de vehículos eléctricos de batería (Fuente: electrive.com, “¿Es este el fin de las ventas de híbridos enchufables en la UE?”). Sin embargo, es importante no perder de vista que la transición a los vehículos eléctricos no siempre se traduce en grandes reducciones de gases de efecto invernadero, ya que la generación de electricidad aún no está descarbonizada. Es necesario realizar una evaluación precisa de las emisiones de alcance 1, 2 y 3 a lo largo de todo el ciclo de vida del vehículo para evaluar caso por caso a los fabricantes de vehículos eléctricos y su capacidad para contribuir favorablemente y al ritmo deseado para limitar el calentamiento global a una temperatura muy inferior a 2 °C. La disponibilidad de datos precisos para cuantificar las emisiones de alcance 1, 2 y 3 es clave.
En resumen, ¡tengamos en mente que no todo lo que reluce es realmente verde!