La liquidez de la organización es una de las claves del éxito de cualquier negocio. Para las pymes, obligadas a operar en un contexto volátil y crítico como el impuesto por el Covid-19, mantenerse solvente proporciona la flexibilidad necesaria para transitar con éxito mientras se resuelve el conflicto. id:57152
Aquellas organizaciones que hayan apostado antes de la crisis por una gestión inteligente de su liquidez como norma tendrán más posibilidades de salir airosas. Esta gestión inteligente de sus finanzas les permitirá disponer de efectivo para aprovechar las ventanas de oportunidad y cumplir con sus obligaciones inmediatas, ya sean con proveedores, empleados o Administración Pública.
Datisa explica la importancia de gestionar de manera eficiente la liquidez en el entorno de las pequeñas y medianas empresas. Una importancia que se pone de manifiesto, aún con más relevancia, en situaciones de estrés como las que plantea el escenario de aislamiento y parálisis comercial, derivado de la pandemia mundial por Covid-19 en el que actualmente nos estamos desenvolviendo.
En condiciones normales, explica Pablo Couso, Director Comercial de Datisa, “mantener a raya la liquidez es una de las máximas que deben tener en cuenta los responsables financieros de cualquier negocio. Más aún en el entorno de las pequeñas y medianas empresas, las cuales a menudo cuentan con pocas alternativas de financiación. Pero, cuando nos hemos visto sorprendidos por un escenario como el actual, ha quedado claro que la liquidez y la solvencia proporcionan a la organización la capacidad necesaria para reaccionar rápidamente, disponiendo del efectivo necesario para cumplir con sus obligaciones más inmediatas y continuar con su dinámica de negocio”.
Gestionar la liquidez va más allá de conseguir que una empresa sea rentable. Pablo Couso apunta que “gestionar la liquidez de una organización permite evitar riesgos y planificar actuaciones futuras simulando escenarios de lo más variados posibles que van desde el más optimista, hasta el menos favorable. Una gestión inteligente de la liquidez ayuda a las pymes a desarrollar el músculo financiero necesario, no solo para operar con garantías, sino para afrontar situaciones comprometidas como la que estamos viviendo”.
Muchos negocios se enfrentan a expedientes de regulación de empleo por una caída de sus ventas, la desaceleración de su producción o dificultades para la prestación de sus servicios. Todo esto podría desembocar en una falta de liquidez peligrosa. Por eso, es prioritario para las pymes poder garantizar la disponibilidad de fondos suficientes para cubrir los gastos del día a día. Todos los negocios deben gestionar el riesgo de liquidez para garantizar su solvencia, incluso, en el peor de los escenarios posibles.
Los problemas de liquidez de muchas pymes son consecuencia, principalmente de una mala gestión financiera y, en particular, de la falta de planificación de los requisitos de efectivo. Los sistemas de gestión financieros -ERP- ayudan a las pequeñas y medianas empresas a llevar un control más exhaustivo de sus finanzas, evitando la pérdida de información y control sobre los recursos disponibles. También las prepara para afrontar situaciones inesperadas.
Aunque, como aclara, Pablo Couso, “este escenario era inimaginable por lo que es evidente que habrán de tomarse medidas extraordinarias para garantizar la liquidez, no solo relacionadas con la contención del gasto o la eficiencia de los procesos y sistemas, sino negociando y renegociando nuevas condiciones tanto con las entidades financieras como con el resto de los proveedores”.
En todo caso, aquellas empresas que hayan operado sus finanzas bajo la premisa de la precaución podrán ahora mantener un colchón de efectivo para amortiguar los golpes de contingencias inesperadas, como las derivadas de la situación actual en la que nos encontramos. Y, en términos generales, Couso apunta que “cuanto más predecibles sean los flujos de efectivo, menos saldos de precaución serán necesarios”.