La recuperación del sector retail ya alcanzará los niveles pre-pandemia en el ejercicio 2022-2023. id:72942
El confinamiento y las restricciones han provocado que la industria del retail haya sido afectada de manera negativa como consecuencias de la pandemia, con cierres obligados de tiendas y una menor interacción social reduciendo el consumo. Sin embargo, gracias al ritmo acelerado de vacunación y el cambio en las medidas se empiezan a ofrecer nuevas oportunidades en el sector en 2021.
La recuperación del sector de la moda será gradual, alcanzando el nivel del 2019 en el ejercicio 2022-2023, en función de la categoría. Así se desprende el estudio True-Luxury Global Consumer Insight 2020, donde las estimaciones pre-Covid para el mercado de la moda y el lujo tenían una trayectoria positiva, si bien la crisis ha ralentizado una década de crecimiento en todas las categorías.
Además, el ‘Informe anual sobre tendencias globales de consumo 2021’ publicado por Coresight Research considera que el sector del lujo será uno de los que mejor se recuperará tras la pandemia. El compromiso con la sostenibilidad, la inclusividad y el lujo en las operaciones comerciales son algunos de los ejes sobre los que pivotará el consumo global estos próximos años según las conclusiones a las que ha llegado la consultora.
Nuevos hábitos del consumidor en el sector de la moda
La industria de la moda se transforma en tiempo récord para adaptarse al entorno, al cliente y al sector que deja el coronavirus. Las marcas además empiezan a centrarse en el mundo de la sostenibilidad dando mayor opción a la moda de calidad y “slow fashion”. Un 79% de los consumidores está cambiando sus preferencias de compra basándose en estándares de sostenibilidad, según datos publicados por Capgemini, evidenciando que la Covid-19 ha incrementado aún más la conciencia social y su impacto en las compras.
Por otra parte, el teletrabajo ha afectado a la demanda de moda, ya que pasar más tiempo en casa, principalmente trabajando, lleva consigo una reducción del consumo de varias categorías, entre ellas la moda. Si bien se prevé un rebote en la economía, y un repunte del consumo de moda por la demanda contenida, lo cierto es que muchas de las ventas son ya perdidas porque algunos consumidores se han desenganchado del sector y el gasto en ropa podría desacelerarse aún más a medida que los consumidores repartan el gasto en otras categorías.
Cómo debe adaptarse la industria
Tanto en moda como en el conjunto de sectores se desconoce cómo se comportará el consumidor una vez se pueda hacer vida normal, o en la “nueva normalidad”. Maud Berthelod y Cristina Proença, coordinadoras del itinerario Fashion & Luxury del Bachelor in Management de TBS en Barcelona explican que el Covid-19 ha borrado la estrategia de empujar el producto y ahora hay que ser muy selectivo en lo que se produce y se pone en las tiendas. La flexibilidad será una de las características que marcará la configuración de las nuevas cadenas de suministro.
Un cambio también es que el consumidor alternará la realidad física y la online en un mismo proceso de compra, en función de sus necesidades y de la seguridad que le aporten las marcas. El auge del online, la importancia de la omnicanalidad y una ‘supply chain’ más flexible y ágil son algunos de los cambios que el coronavirus ha introducido en el sector. En este sentido, se apunta que el crecimiento del el ecommerce se ha desplazado al centro de la distribución de las empresas a través de la integración de stocks online y offline.
“Más pequeña, más sostenible y, sobre todo, más rápida” añade Berthelod. Como comentábamos anteriormente, la sostenibilidad jugará también un papel fundamental, ya que la demanda por parte de los consumidores de acciones con propósito e impacto social está creciendo y el sector de la moda continuará la transformación para adaptarse a modelos más sostenibles. Coresight Research estima que el esfuerzo de esas empresas se mantendrá en 2021 aunque eso implique, en algunos casos, una reinvención total del proceso de diseño de la ropa y el calzado.