Hace ya varios meses que el informe “EY European Bank Lending Economic Forecast” pronosticaba, por su parte, una entrada en recesión de las principales económicas de la eurozona para 2023. En el caso de España, el estudio hablaba que el Producto Interior Bruto (PIB) presentaría un descenso en Diciembre de 2022 y en los primeros meses de 2023. Con todos estos datos, podemos hacernos una idea de las previsiones para este año en el que entramos.
Los pronósticos hablan de una caída que afecta a España desde la perspectiva del turismo y la inversión extranjera. La situación de la eurozona a efectos financieros, acaba por retroalimentarse de una forma prácticamente inevitable.
Partiendo de esta base, los expertos indican que la financiación del sector privado va a presenciar una destacable contracción en este año y de cara al 2024 del 0,2% y del 1,3%. Todo esto tendría una recuperación relativamente rápida, pues se notaría después del próximo año.
La morosidad es otro factor importante. En este aspecto, se espera un crecimiento a hasta el 4,5% a lo largo de este año y de forma paulatina hasta el 5,5% hasta culminar en el año 2026. Nos sitúa en unos porcentajes más elevados que los que pudimos ver en crisis anteriores.
Los préstamos a las empresas no financieras tienen la previsión de verse reducidos este 2023 un 2%, las hipotecas un 0,6% y los créditos al consumo un 1,1%.
La tendencia en las solicitudes de préstamos para este año
Lo que hemos podido comprobar en lo que va de año, es un cambio en el propio sector financiero. Las entidades bancarias han puesto en marcha criterios más exigentes a la hora de aceptar las solicitudes de préstamo o de hipotecas. Se trata de una acción coordinada con el Banco Central Europeo y no de una tendencia espontanea.
Además, este sector tiene una normativa bastante clara para operar. Esta indica que las entidades deben cerciorarse de ofrecer un crédito responsable, es decir, que los beneficiarios tengan posibilidades reales de hacerse cargo de las deudas o responsabilidades que van a contraer con el banco en cuestión.
Ante este panorama, lo más previsible es que siga subiendo el número de particulares y empresas que apuestan por microcréditos o minipréstamos que pueden asumir con mayor seguridad, que recibirán sin tantas exigencias y que se pueden superar en tiempos mucho más ajustados.
Para este tipo de financiación, las
financieras online y otras entidades similares comen el terreno a los bancos en muchos casos. Estas empresas pueden crecer en los últimos años dada la nueva demanda en este tipo de productos y la imposibilidad de los particulares para recibir hipotecas o grandes préstamos.
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