El sector financiero tiene un enorme impacto en cualquier economía. Es fundamental para posibilitar las transacciones económicas, para canalizar el ahorro y la financiación a las empresas, a los proyectos innovadores y a los ciudadanos, y para asegurar la protección ante los riesgos. Se trata de un sector caracterizado por fallos de mercado, que justifican que exista una intervención pública, y, de hecho, es uno de los sectores más regulados en cualquier país desarrollado.
Por todo ello, la regulación del sector financiero tiene una incidencia muy destacada sobre la estabilidad y la eficiencia de las economías y, en definitiva, sobre el bienestar de los ciudadanos, lo que hace esencial asegurar que la regulación sea la mejor posible.
Necesidad de un nuevo enfoque regulatorio
En su estudio, la CNMC concluye que la innovación tecnológica y la aparición de nuevos operadores, servicios y modelos de negocio propiciadas por el fenómeno Fintech exigen nuevos enfoques regulatorios.
El estudio analiza, desde la perspectiva de la autoridad de competencia, oportunidades y desafíos del fenómeno Fintech. En concreto, el estudio aborda las problemáticas específicas en una serie de aplicaciones del sector financiero, como son:
- Los sistemas y servicios de pago;
- Las tecnologías de registro distribuido, como el blockchain;
- El asesoramiento y gestión de activos;
- La financiación participativa (crowdfunding);
- Insurtech o la aplicación del Fintech al sector asegurador.
Además, Fintech puede contribuir a corregir o mitigar los fallos de mercado que en muchas ocasiones justifican la intervención pública en el sector financiero, como, por ejemplo, las asimetrías informativas.
Por todo ello, para permitir que se materialicen los beneficios de Fintech y se minimicen sus posibles riesgos y lograr que Fintech conduzca a un mayor bienestar para los ciudadanos, es preciso asegurar que la regulación es adecuada.
Seis recomendaciones
La CNMC realiza las siguientes recomendaciones:
- La regulación debe evitar frenar las innovaciones Fintech, a no ser que existan motivos de necesidad y proporcionalidad.
- Debe reevaluarse la necesidad y proporcionalidad de los distintos requisitos regulatorios de entrada y ejercicio a las actividades financieras, bajo de la idea de que Fintech puede corregir o mitigar fallos de mercado.
- La regulación debe enfocarse a actividades -no entidades- y evitar en lo posible reservas de actividad. El ecosistema Fintech debe contar con el máximo margen de actuación posible para poder aprovechar eficiencias. Los fallos de mercado están generalmente ligados a una actividad determinada y no a una forma de organización de la misma.
- La regulación debe aprovechar las nuevas tecnologías para el cumplimiento normativo (Regtech), para reducir las cargas que implica la actividad de regulación y supervisión.
- Es recomendable adoptar un banco de pruebas regulatorio (sandbox), para que los modelos más innovadores puedan desarrollarse y se puede valorar cuál es su impacto en el mercado, en lugar de adoptar de antemano y de manera definitiva una respuesta regulatoria restrictiva.
- Es conveniente apostar por iniciativas de Open-banking & insurance para asegurar la aplicación de principios de neutralidad tecnológica y no discriminación donde el acceso a ciertos factores pueda efectuarse en términos razonables.