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El crecimiento de Europa del Este se ralentiza, pero el BCE y la UE mitigarán los efectos
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El crecimiento de Europa del Este se ralentiza, pero el BCE y la UE mitigarán los efectos

OPINIÓN: Por Jakob Suwalski y Levon Kameryan, analistas senior de Scope Ratings

jueves 14 de abril de 2022, 11:10h
El impacto económico de la guerra de Rusia en Ucrania reducirá a la mitad el crecimiento de Europa Central y del Este durante este año y elevará la inflación hasta el 10%. No obstante, el aumento de la liquidez del BCE y el apoyo directo de la UE mitigarán el impacto económico en la región. id:82995
Esperamos que el crecimiento medio de la Europa Central y Oriental (CEE por sus siglas en inglés) se desacelere hasta el 2-3% este año, una revisión a la baja respecto a nuestra previsión de diciembre del 4,6%. La inflación podría situarse por término medio en torno al 10% en los países de la CEE de la UE este año.

El apoyo del BCE a la liquidez de los bancos centrales de los países de la UE no pertenecientes a la zona del euro es un signo clave de la solidaridad europea frente a la invasión rusa de su vecino.

De los diálogos entre los Estados miembros de la UE saldrá un mayor apoyo a nivel europeo, quizá en la línea del Mecanismo de Recuperación y Resistencia de la UE de Covid-19 y un compromiso reforzado para ayudar a los países de la CEE a reducir su dependencia de las importaciones energéticas rusas.

La región es especialmente vulnerable a las consecuencias de la guerra por su proximidad a Rusia y debido a los refugiados de Ucrania. El conflicto militar y las sanciones impuestas a Rusia están estimulando la inflación mediante el aumento de los precios de los productos básicos -desde el petróleo y el gas hasta los metales, los fertilizantes y los alimentos- y la interrupción de las cadenas de suministro, al tiempo que generan una mayor volatilidad en los mercados financieros.

El aumento de los precios de las materias primas en vísperas de la guerra ha contribuido a convertir los superávits de la balanza por cuenta corriente en déficits en Polonia (A+/Negativo), Hungría (BBB+/Estable) y la República Checa (AA/Estable) o a ampliar los déficits como en Rumanía (BBB-/Estable) desde el segundo semestre de 2021. La inflación persistente amenaza con reducir la competitividad del sector exportador de la región.

Las condiciones macroeconómicas ponen a los bancos centrales de las regiones en una posición difícil. Tienen que gestionar la inflación sin poner en peligro la recuperación económica y sin aumentar excesivamente los costes del servicio de la deuda. Las expectativas de inflación están aumentando. La volatilidad de las divisas persistirá en medio de posibles salidas de capital, presionando las reservas de divisas incluso cuando los bancos centrales endurezcan su política monetaria.

La decisión del BCE de conceder a los bancos centrales de los países no pertenecientes a la zona del euro acceso a la liquidez en euros a través de nuevas líneas de swap y de repos ampliados, que se establecieron durante la pandemia, demuestra una mayor disposición de la UE a prestar más apoyo, incluida la ayuda fiscal, adaptada a los países más vulnerables de la CEE.

Gracias al nuevo instrumento de swap, el banco central de Polonia puede tomar prestados del BCE hasta 10.000 millones de euros, lo que equivale a alrededor del 7% de las reservas internacionales del país, a cambio de zlotys polacos. En el marco de una línea de repo bilateral, el banco central de Hungría puede tomar prestados del BCE hasta 4.000 millones de euros, lo que equivale a alrededor del 11% de sus reservas totales, a cambio de garantías adecuadas denominadas en euros. Este apoyo ha permitido contener los costes de los intereses denominados en euros en los Estados miembros de la UE de Europa Central y Oriental en crisis anteriores, dada la considerable proporción de préstamos en euros en la región, que se sitúa en torno al 20% de la deuda pública en Polonia y Hungría.

En este sentido, esperamos un mayor reparto de la deuda en toda la UE, como los casi 17.000 millones de euros destinados a ayudar a los refugiados ucranianos y a los Estados miembros que los acogen. Polonia solicita 2.200 millones de euros del presupuesto de la UE para ayudar a los refugiados.

La guerra en Ucrania y los enfoques a veces diferentes de la misma están cambiando las relaciones intracomunitarias, sobre todo entre Bruselas y los Estados miembros de la UE como Polonia y Hungría. Aunque es poco probable que las disputas institucionales entre Polonia y la Comisión Europea se disipen fácilmente, la UE podría desbloquear la financiación prometida si el gobierno de Varsovia muestra un mayor respeto por el Estado de Derecho.

Hungría, sin embargo, se arriesga a un mayor aislamiento político dentro de la UE, lo que aumenta la incertidumbre sobre su entrada estable de fondos de la UE a medio plazo, tal y como se refleja en la próxima puesta en marcha por parte de la UE de un mecanismo de condicionalidad para Hungría que vincula su financiación presupuestaria de la UE a la adhesión al Estado de Derecho.

La región de Europa Central y del Este cuenta con numerosos puntos fuertes en materia económica. Las reservas de divisas de los bancos centrales de Polonia, la República Checa y Hungría cubren totalmente su deuda externa a corto plazo, un importante amortiguador en medio de la volatilidad de las divisas. Las reservas de Rumanía cubren casi el 90% de su deuda externa a corto plazo. Croacia (BBB-/Positivo) y Bulgaria (BBB+/Estable), como candidatos a la adopción del euro, se benefician de su pertenencia al Mecanismo de Tipos de Cambio II de la UE y a la Unión Bancaria, lo que garantiza una estrecha cooperación con el BCE.

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