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¿Qué le espera al mercado de crédito?

¿Qué le espera al mercado de crédito?
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OPINIÓN: Por Elisa Belgacem, Estratega de Crédito, Generali Investments Partners

miércoles 16 de febrero de 2022, 12:36h
Los diferenciales de crédito se ampliaron considerablemente el mes pasado, debido a una postura más agresiva por parte del BCE que nos lleva a creer que sus compras de bonos corporativos podrían ajustarse a la baja en el segundo trimestre. Esta postura siguió al anuncio anterior que había hecho la Fed, quien se moverá más rápido en el ajuste cuantitativo (QT) después de una subida de tipos en marzo. id:80965
Mientras tanto, los rendimientos de referencia también han subido a lo largo del año. Por lo tanto, estas rentabilidades totales negativas (-3,4% para los bonos corporativos en euros a lo largo del año y -3,2% para los bonos de alto rendimiento en euros) se traducirán probablemente en salidas de fondos, lo que aumentará la presión de las ventas. Dicho esto, el crédito ha resistido mejor que el resto deactivos del mercado de renta fija, lo que podría mitigar el apetito por reducir el crédito en las asignaciones globales. Los otros componentes de los aspectos técnicos también ayudarán a reducir la oferta: las emisiones de deuda han sido fuertes en enero, pero creemos que, en general, seguirán por debajo de los niveles de 2021 en más de un 10% en los bonos de grado de inversión en euros, ya que el efectivo en el balance corporativo sigue en un nivel récord y las compras del BCE siguen siendo elevadas mientras dure la expansión cuantitativa (QE por sus siglas en inglés), que, según nuestro escenario principal, será hasta agosto.

La subida de los tipos de interés no pondrá en peligro los fundamentales de las empresas a corto plazo. De hecho, los beneficios empresariales en el cuarto trimestre se mantuvieron fuertes a pesar de la multitud de vientos en contra de la inflación. Así, la temporada de presentación de resultados seguirá proporcionando apoyo, y los bancos y las empresas de los sectores de energía y materiales mostrarán aumentos especialmente fuertes en los beneficios. Aunque el ritmo de desapalancamiento se ha ralentizado, los balances de las empresas siguen siendo sólidos. El riesgo es que, dada la liquidez todavía abundante, el reapalancamiento de las compañías podría aumentar, pero creemos que debería ser manejable. Esperamos que la tasa de impago se mantenga por debajo del 2% en 2022, muy por debajo del nivel prepandémico del 3,3%. Del mismo modo, seguiremos viendo más estrellas en ascenso que ángeles caídos, y más subidas que bajadas, aunque la tendencia será menos fuerte que en 2021.

La volatilidad en el mercado de crédito seguirá siendo elevada en las próximas semanas, pero consideramos que los niveles actuales de los diferenciales incorporan la reducción del programa de compras de deuda corporativa (CSPP) a mediados de 2022. Por lo tanto, esperamos que los diferenciales de crédito se mantengan planos en promedio hasta finales de año. En 2018, los diferenciales de crédito se ampliaron en más de 80 puntos básicos debido al tapering, pero también a un panorama macroeconómico muy malo. Esta vez es diferente, el entorno macroeconómico es mucho más favorable y los diferenciales de crédito están muy correlacionados con el ciclo. Además, como mencionó Schnabel en Twitter la semana pasada, las reinversiones tanto del programa PEPP como del APP pueden asignarse de forma flexible, lo que significa que el BCE podría seguir siendo un comprador neto de crédito después del tapering si fuera necesario.

Seguimos siendo neutrales en bonos de grado de inversión (IG) frente a los de alto rendimiento (HY), ya que creemos que la mayor beta del alto rendimiento se verá contrarrestada por su mayor carry y su menor duración. A pesar de los aspectos técnicos negativos de la reducción del CSPP, seguimos prefiriendo el crédito de la UE frente al de EE.UU. por la lenta normalización de la política monetaria. Pasamos a sobreponderar las empresas financieras frente a las no financieras ante la expectativa de que las no financieras ya no recibirán el apoyo directo de las compras del BCE, mientras que las financieras se beneficiarán en gran medida de la mayor rentabilidad inducida por la subida de los tipos. En este contexto, seguimos favoreciendo el riesgo de crédito frente al riesgo de duración, y preferimos los bonos BBB, los híbridos corporativos BB y los AT1.

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