Atrapados por los intereses de las tarjetas revolving

Mediante el uso de tarjetas revolving teóricamente conseguimos un tipo de crédito que puede utilizarse repetidamente hasta un cierto límite siempre que la cuenta esté abierta y los pagos se hagan a tiempo. Con el concepto de revolving la cantidad de crédito disponible, el saldo y el pago mínimo pueden subir o bajar dependiendo de las compras y los pagos realizados a la cuenta.

En la práctica el uso de este tipo de tarjetas está dando lugar a situaciones en las que la cuota mensual está formada prácticamente solo por intereses y se amortiza una cantidad muy pequeña. Si queremos salir de esta situación, sólo hay dos alternativas: pagar todo lo pendiente o presentar reclamación para anular los intereses.

Lógicamente, lo más sensato es presentar una reclamación intereses tarjetas revolving, para evitar que la entidad emisora de la tarjeta nos tome el pelo y el dinero y acordar una forma de pago razonable para aquella cantidad que efectivamente adeudemos.

Un claro ejemplo de lo que puede terminar sucediendo si no se tiene mucho cuidado en el uso de este tipo de tarjetas es lo que acontece con los intereses abusivos tarjetas Wizink, entidad que continuamente recibe demandas de despachos especializados en este tipo de reclamaciones y las pierde también de forma habitual.

Wizink intenta paralizar las demandas con rebajas de intereses. Pero la cuestión es que si un tipo de interés es declarado usurario y desproporcionado no hay nada que negociar, la entidad tiene que devolver todo lo cobrado por intereses desde el principio.

Los bancos españoles han sido objeto de una serie de demandas con respecto a sus prácticas de préstamo, y el Banco de España advirtió en su informe semestral de estabilidad financiera en octubre de 2019 que los bancos podrían estar sujetos a un aumento de los litigios por tarjetas de crédito revolving después de que las reclamaciones aumentaron "considerablemente" en el banco central en 2018.

La formación financiera y los clientes cautivos de las tarjetas revolving

Con la crisis económica creada por el coronavirus muchas entidades redoblan sus esfuerzos publicitarios para promocionar las tarjetas revolving y los microcréditos rápidos. La escasa formación financiera de la población española, incluidos también gran cantidad de autónomos y pequeños empresarios, puede hacer que muchas personas soliciten estos medios de financiación sin darse cuenta de que, en realidad, están empeorando su ya maltrecha situación económica.

Acogernos a la ley de segunda oportunidad puede ser la solución a los problemas acumulados por una deficiente gestión económica anterior, recomponiendo nuestras finanzas, bajando los tipos de interés y aumentando los plazos de pago, para volver a una situación económica, personal y muchas veces familiar mucho más tranquila.

Desde luego, seguir por la senda del endeudamiento descontrolado solo tiene una salida: la ruina.