La baja disponibilidad en el segmento oficinas (6%) ha disparado un 30% los precios de alquiler de espacios en los últimos 4 años. id:45982
Tras los resultados electorales del pasado 26 de mayo se abre un periodo lleno de oportunidades inmobiliarias para la ciudad en todos los segmentos, especialmente en los de oficinas, hoteles y retail. En el mercado de oficinas, en el que son especialmente protagonistas las empresas internacionales y las startups tecnológicas, la baja disponibilidad para la contratación de espacios, de sólo el 6%, es uno de los factores que limitan el crecimiento de este segmento. Debido a la falta de producto, el precio del alquiler de oficinas ha alcanzado los 26 euros/m
2/mes en 2019, un 30% más que hace 4 años.
En el mercado hotelero, la moratoria ha conducido al aumento de un 30% del precio medio de compra de los hoteles de la ciudad por la falta de oferta disponible, lo que también repercute en el precio que asume el usuario y ha provocado que grandes cadenas hoteleras hayan elegido otras ciudades españolas para implantarse en el país.
En este sentido, entre los principales elementos a tener en cuenta para la próxima legislatura municipal y la correcta gestión del sector inmobiliario en Barcelona figuran la moratoria hotelera que tanto ha afectado a la economía de la ciudad, las ordenanzas municipales sobre terrazas o la medida de reservar el 30% de las nuevas promociones para VPO, que supone que compradores y/o arrendatarios vayan a soportar precios más altos. Estas son algunas de las medidas municipales tomadas desde 2015 que podrían ser revisadas para reactivar el mercado local y que deberían tratarse desde una perspectiva financiera y empresarial, alejada de estrategias políticas.
Gerard Marcet, socio fundador de Laborde Marcet, afirma que
“el contexto político que vive una ciudad tiene repercusión directa en su economía y en la atracción de inversiones inmobiliarias. En este sentido, y si bien aún es pronto para predecir los efectos de los resultados electorales y los pactos que vayan a alcanzar los distintos partidos con representación en el gobierno municipal de Barcelona, lograr la estabilidad institucional debería ser el principal objetivo del Ayuntamiento. Se ha de recuperar la confianza del inversor nacional e internacional y volver a facilitar la generación de nuevos negocios y proyectos inmobiliarios que puedan tener un impacto económico positivo para la ciudad”. Por su parte,
Miquel Laborde, socio fundador, pone énfasis en la
“necesidad de analizar el futuro con optimismo y pensar que la ciudad tiene ante sí muchas más oportunidades que riesgos para poder mejorar su capacidad de atracción de inversiones, así como de llevar a cabo iniciativas y medidas que tengan un efecto dinamizador en el mercado inmobiliario local. La ‘marca Barcelona’ sigue siendo un referente a nivel mundial, y desde el sector económico hemos de saber aprovechar con profesionalidad todo ese potencial”. Y es que Barcelona es, junto a Madrid, el principal polo de inversión inmobiliaria terciaria a nivel nacional, lo que a su vez genera mucha riqueza en el municipio de forma directa e indirecta por su efecto en otros sectores. Por otra parte, las empresas nacionales e internacionales perciben a la ciudad como uno de sus mercados clave, y eso favorece el dinamismo del sector inmobiliario y el cierre de operaciones. A nivel europeo, Barcelona seguirá siendo una de las plazas más destacadas del sur de Europa y de las más interesantes para la inversión inmobiliaria por la competitividad de sus precios y la calidad de los activos.