La OMS ha declarado la emergencia internacional por el coronavirus después de que este brote haya causado unas 213 muertes, el número de infectados se acerque a los 10.000 y decenas de millones de personas en China hayan sido desplazadas. id:54792
El brote de coronavirus presenta riesgos de disminución del crecimiento de China en 2020, aunque las repercusiones en su rating crediticio (actualmente A+/Negativa) radican más en las medidas que pueda tomar el Gobierno, las cuales, podrían agravar los riesgos financieros a largo plazo.
Un crecimiento más débil en China afectaría negativamente a la economía mundial.
El bloqueo inducido por el coronavirus en muchas ciudades tendrá un impacto en el crecimiento de China, aunque dicho impacto se limite al primer trimestre o la primera mitad de 2020, y después el país experimente cierta recuperación. Las personas se enfrentan a una movilidad restringida - incluso en provincias alejadas del epicentro del virus-mientras que los límites del virus siguen sin estar claros. Los restaurantes, tiendas, cines y rutas aéreas han sido cerrados o están registrando una menor actividad. Las empresas extranjeras han suspendido momentáneamente las operaciones en China. Por todo ello, es de esperar que haya un impacto en la producción industrial, la venta al por menor, la exportación de bienes y el turismo.
A modo de comparación, la incidencia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2003, aunque fue de corta duración, redujo el crecimiento económico de China en torno a 0,5 - 1pp en dicho ejercicio. Sin embargo, a diferencia de 2003, una parte de la disminución de las ventas en tiendas físicas se compensará mediante un aumento de las ventas por internet. En esta ocasión, es más probable que veamos una respuesta política contundente ante cualquier problema que amenace con hundir el crecimiento de forma significativa por debajo de una tasa anual del 6% para 2020.
Entre las medidas que se podrían tomar estarían las reducciones de los coeficientes de reservas obligatorias del sistema bancario y de los tipos de interés, inyecciones de liquidez y apoyo crediticio selectivo junto con una expansión fiscal adicional.
China se ha enfrentado a varios desafíos para cumplir con los elevados objetivos de crecimiento anual, que van desde el conflicto comercial entre los Estados Unidos y China hasta las reformas institucionales destinadas a impedir la acumulación de la deuda de las empresas y el sector financiero. Lamentablemente, el Gobierno ha respondido a esas perturbaciones del crecimiento con frecuencia a través de medidas de estímulo monetario y fiscal excesivamente cortoplacistas. El riesgo ahora es que una respuesta política desproporcionada a esta epidemia de salud pública podría exacerbar los desequilibrios macroeconómicos existentes.
La deuda del sector no financiero de China ascendía al 261,5% del PIB en el tercer trimestre de 2019, y casi se había duplicado con respecto al 142,6% registrado a finales de 2008. El déficit fiscal del Gobierno, las transferencias del fondo de estabilización ex-presupuestaria y la exclusión de las actividades fuera de balance de los gobiernos locales, totalizaron alrededor del 5% del PIB en 2019. Esta cifra de déficit podría aumentar en 2020. Esto contribuye a aumentar la deuda de las administraciones públicas, que ya asciende a alrededor del 56% del PIB a finales de 2019, y que se ha duplicado con respecto al 27% de 2008.
El impacto directo del PIB cíclico en el crecimiento de China en 2020 debido a esta epidemia no debería ser comprometedor para su rating de China, sin embargo, las implicaciones podrían ser más significativas si el Gobierno respondiera mediante medidas de estímulo a corto plazo demasiado agresivas que aumentaran la fragilidad del sector público y del sistema financiero.
Una flexibilización adicional destinada a alcanzar las ambiciones de crecimiento a corto plazo, especialmente si se tiene en cuenta que 2020 representa un hito para los objetivos económicos del decenio fijados en 2010, podría tener consecuencias a más largo plazo. Además, sería contraria a las reformas positivas en materia de crédito que ha emprendido China con el fin de contener el riesgo del sistema financiero.
Por último, el impacto del virus será ahora más importante en lo que respecta a la economía mundial que en el caso del episodio de SARS. China representó el 16% del PIB mundial en 2019 (en comparación con el 4% en 2003). Además, Scope estima que China, aunque está registrando su crecimiento económico anual más débil en 29 años, representó sin embargo el 33% del crecimiento mundial en 2019, en comparación con el 19% de los Estados Unidos como segundo mayor contribuyente al crecimiento mundial.
Un crecimiento más lento de China en 2020 podría tener consecuencias a nivel mundial, ya que también hay efectos multiplicadores a través de la cadena de suministro global. Hemos estimado un crecimiento global en torno al 3% en 2020 y revisaremos esta estimación sobre la base de los impactos de esta epidemia, así como otros acontecimientos recientes relevantes, como el acuerdo comercial en la primera fase entre China y los EE.UU.
Hay que tener en cuenta que, si el crecimiento de China se reduce más de lo previsto, podría poner en peligro el ambicioso objetivo de comprar 200.000 millones de dólares adicionales de productos estadounidenses en los próximos dos años (parte del acuerdo comercial en primera fase) o incluso debilitar significativamente el yuan, que ahora se negocia a 7 dólares. Estos acontecimientos podrían suscitar la preocupación de los inversores de que Trump revise la tregua comercial con China.
Antes de este último envite económico, China ya había estado luchando con un proceso gradual de ralentización estructural del crecimiento económico, que hemos estimado en un 5,8% en 2020, después de un 6,1% en 2019 y un 6,7% en 2018. Dado que la crisis está en curso, necesitamos más claridad sobre el alcance de la gravedad y la duración del brote antes de que podamos evaluar el grado de cualquier riesgo de disminución de la cifra de crecimiento del 5,8% para este año.
La próxima fecha prevista por parte de Scope para la revisión del rating de China es el 28 de febrero.