22.500 fumadores adultos se sumaron al vapeo entre enero y junio, alcanzando la cifra total de 472.500 vapeadores españoles, según estimaciones del sector.
La Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV) ha publicado los resultados económicos tras los primeros seis meses de este año. En este periodo, el sector de los cigarrillos electrónicos ha alcanzado los 37 millones de euros de facturación, un 28% más que en el mismo semestre del año pasado, cifra que confirma el crecimiento progresivo de la industria pese a que España cuenta con una de las legislaciones más estrictas de Europa. Se estima, además, que la facturación superaría los 75 millones de euros al cierre del año.
Paralelamente, el número de usuarios de vaporizadores sigue en aumento, y en España son ya -según estimaciones de UPEV- 472.500, una cifra equivalente a la población de Murcia. Pese a ello, la cifra sigue estando muy por debajo de las de Francia o Reino Unido, países que cuentan con más de 1 y 2 millones de vapeadores, respectivamente. En cualquier caso, otros 22.500 fumadores adultos han decidido sumarse al cambio del tabaco por esta alternativa de menor riesgo, según los datos de UPEV.
Además, tal y como se refleja enel mayorestudio en España sobre el perfil del vapeador, elaborado a principios de año por Sigma Dos para UPEV, hasta el 96,3% de los vapeadores españoles usa el cigarrillo electrónico como alternativa al cigarrillo convencional. Así, el 69,8% ha sustituido completamente el hábito defumar por el e-cig, mientras que el 26,5% ha reducido sustancialmente su consumo de cigarrillos.
Un impulso para el empleo
Este incremento de la demanda se refleja también en el aumento del número de empresas del sector. Así, son ya 420 las pymes que operan en España, continuando con el desarrollo sostenido de una industria que está demostrando tener un papel importante en la lucha contra el tabaquismo. La profesionalización del sector, las crecientes evidencias científicas en torno a los e-cigs y una estricta legislación que garantiza la seguridad del consumidor son los principales motores de este crecimiento que se está consolidando en los últimos años.
De hecho, según el citado estudio de Sigma Dos, las tiendas especializadas son el canal de venta preferido por el 96,7% de los usuarios, debido a su conocimiento del producto, algo que también ha tenido una repercusión muy positiva en la creación de empleo. Actualmente, 3.360 personas trabajan en el sector de los cigarrillos electrónicos, sumando empleos directos e indirectos.
Arturo Ribes, presidente de UPEV, valora estos datos: “La industria se anticipó a la transposición de la Directiva Europea y trabajó para adaptarse a la normativa antes de que llegase a España, por lo que estábamos preparados y hemos podido crecer pese a sufrir algunas desviaciones en la legislación española respecto a la norma comunitaria”. Ribes también ha descrito las aspiraciones del sector: “Desde UPEV miramos hacia el modelo británico, donde ya hay más de 2 millones de consumidores y donde un producto con tanto potencial ya está siendo utilizado como herramienta contra el tabaquismo, pidiéndose una regulación más flexible que la del cigarrillo convencional”.
Un producto un 95% más seguro
“La tasa de tabaquismo en España ha descendido del 28% al 22% durante el último año, coincidiendo con el crecimiento del sector”, afirma el presidente de UPEV, “pero todavía sigue siendo demasiado alta si tenemos en cuenta el porcentaje de población adulta fumadora”.
Para Arturo Ribes, “es el momento de apostar por las políticas de reducción de daños, tal y como hacen Reino Unido y otros países de nuestro entorno, para ponernos a la vanguardia de la lucha contra los efectos del tabaquismo. Public Health England concluye que vapear es un 95% menos dañino que fumar, y, la semana pasada, el Parlamento británico ha pedido una regulación más flexible para estos productos por el potencial que tienen en la lucha contra el tabaquismo.El mensaje que nos ha dejado el Parlamento británico en su informe es claro: el riesgo de que los fumadores sigan fumando es muy superior al del uso de los e-cigs a largo plazo”.