Franquicias de restauración: dónde invertir con garantías

La diferencia entre la franquicia y los negocios independientes se basa en las posibilidades que aporta esta exitosa fórmula de negocio. El emprendedor o inversor busca principalmente reducir al máximo el riesgo aumentando la rentabilidad. Esta máxima es la base principal de este sistema de negocio. La garantía que aporta montar un negocio contando con la experiencia del franquiciador es un elemento esencial. A esto se suman los procedimientos perfectamente marcados y definidos y el apoyo constante de una central con recursos. Por último, la formación es otro factor que hace que la franquicia sea un modelo en permanente generación de nuevos negocios.

Vamos a ver a continuación dos tipos de franquicias que están teniendo éxito en el sector de la restauración y hostelería.

Franquicias de tabernas y tapas

Las franquicias de tapas, bien diseñadas y probadas por el franquiciador y bien gestionadas por el franquiciado, constituyen otro caso de éxito. Desgraciadamente, a causa de la pasada crisis mucha gente montó un bar pensando que una tapa o una ración la prepara cualquiera. Al poco tiempo cerraron porque carecían de experiencia y de formación.

Por el contrario, sumándonos a una cadena franquiciadora de prestigio, podremos lanzar un negocio de restauración que combine la oferta de productos tradicionales con unos procedimientos perfectamente consolidados y estandarizados. Y eso es garantía de rentabilidad.

El nuevo hostelero necesita tener a su lado a alguien que le facilite los mejores proveedores, las necesarias acciones de marketing, comunicación y redes sociales, el soporte legal para licencias, contratos y otros muchos detalles técnicos y de formación de los empelados. Solo una central de franquicias puede realizar todas estas acciones al mínimo coste y con la máxima productividad para él.

Franquicias de panaderías y pastelerías

Las franquicias de panaderías se han hecho un hueco importante en el mercado debido a dos factores. El primero, los cambios en los hábitos de consumo de la población. El segundo, la capacidad de estos establecimientos para ofrecer un producto de calidad, gracias a las innovaciones logísticas y de producción, a un buen precio.

Este tipo de establecimientos buscan diferenciarse a través de una cuidada decoración, generando un ambiente cálido para el consumidor. Además, apuestan por una carta que permite el mayor número de horas posible de facturación. Para ello, mantienen una oferta de desayunos, almuerzos, comidas o meriendas, y hasta cenas en algunos casos.

La experiencia acumulada por el franquiciador es fundamental para ir actualizando continuamente la actividad de estos locales, acomodándose lo mejor posible a los cambiantes gustos de los clientes.

Ya solo queda remarcar una cuestión. Si usted está pensando en invertir en una franquicia, asegúrese de que le ofrecen un negocio sostenible con una alta rentabilidad demostrada. Y eso solo lo logrará integrándose en una franquicia que garantice la formación para el franquiciado, el gerente y los empleados.