Cómo una arquitecta terminó elaborando Aceite de Oliva Virgen Extra. id:58612
Estamos viviendo uno de los momentos más complicados que nos haya tocado vivir, obligados a quedarnos en casa y con la incertidumbre de un futuro incierto. Para muchas personas no sólo les han privado de la posibilidad de salir a la calle, sino que esta situación les ha costado el empleo. ¿Y cómo buscas trabajo con este panorama?
Quizá sea el momento de reinventarse, pero ¿Cómo? Esto mismo se planteaba Blanca Aguilar hace diez años, cuando la crisis del 2008 le dejó sin trabajo.
Blanca Aguilar estudió arquitectura y no tuvo que hacer ningún esfuerzo en encontrar trabajo, en 2003 antes de terminar la carrera ya estaba de becaria en un estudio de arquitectura. Así que cuando en 2010 cerró la empresa para la que trabajaba, se vio sin trabajo y muy perdida, el sector de la construcción estaba paralizado y no hacían falta arquitectos.
Era una situación difícil, la economía iba cada día peor y muchos jóvenes tuvieron que irse fuera de España para encontrar trabajo. “Aunque estaba sin saber qué hacer y la mitad de las noches no podía dormir, no me quedé quieta: me puse a estudiar inglés, oposiciones y hacía todos los cursos gratuitos que encontraba. Aún así tenía mucho tiempo libre, mi padre me propuso que le acompañara al campo cuando tuviera que ir a ver cómo estaban los olivos y así empezó todo” nos cuenta Blanca.
Casi sin darse cuenta Blanca encontró algo que le entusiasmaba “Disfrutaba mucho esos días, tenía la oportunidad de estar con mi padre y me encantaba escuchar todo lo que me contaba sobre los olivos y cómo cuidarlos”.
Ya han pasado 10 años desde entonces y Blanca Aguilar Segura es ahora la gerente de la empresa de Aceite de Oliva Virgen Extra Águra. Vive entre los olivos y la oficina donde se encarga de la gestión del aceite de oliva virgen extra que elabora con la finca familiar.
“Al principio fue muy difícil, yo no tenía conocimientos sobre cómo montar una empresa desde cero y cometí muchos fallos.” Nos cuenta Blanca “Lo único que teníamos claro era que queríamos que la gente disfrutara con nuestro aceite de oliva, que al probarlo se sorprendieran de su sabor frutado e intenso.”
“Los primeros años fueron difíciles, además los compaginé con el nacimiento de mis hijos y fue muy duro, pero ahora estoy muy feliz con lo que hago.”
Blanca nos confiesa que mirando atrás se alegra de que la crisis del 2008 le dejara sin trabajo. Para ella fue una oportunidad para encontrar algo que realmente le entusiasma.
Ella cree que lo importante es no cerrarse puertas, tener la mente abierta y estar dispuestos a cambiar de profesión, reinventarse.
¿Y cómo está viviendo la situación actual? La empresa Águra se ha visto muy afectada por el cierre de los restaurantes y de la entrada de turistas. El aceite de oliva virgen extra Águra se vende en botellas de cristal de 500ml y 250ml, sus principales clientes son restaurantes de gama media-alta (en Sevilla se puede encontrar en Abantal, Tribeca, Ispal, El Gallinero de Sandra, Cañabota…) .
Aunque Blanca no se desanima “Hemos perdido muchas ventas estos meses y no sabemos cuándo se reactivarán, pero no nos quedamos quietos: estamos trabajando con la tienda online, que la teníamos algo olvidada y estamos diseñando estuches especiales para regalo de Navidad y regalos de empresa. Tengo esperanzas y muchísima ilusión. No hay que rendirse. ”
La empresa de aceite de oliva Águra elabora tres variedades de aceite de oliva virgen extra (Picual Premium Águra, Coupage Premium Águra y aceite de Olivos Centenarios Águra) con los olivos de la finca familiar.
Los tres AOVEs han ganado diferentes premios internacionales, en Japón, Italia o EEUU.