La vuelta al cole suele venir acompañada de un aumento de los gastos. Ropa, libros de texto, material escolar… Son muchos los gastos extraordinarios. Tantos, que a veces no basta con los ingresos habituales, y algunas familias se ven obligadas a contar con una financiación extraordinaria para afrontarlos. id:62185
Según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios, el presupuesto escolar medio en España asciende a 1.993 euros por niño. Las cifras varían en función del tipo de escolarización: de los 1.176 euros para cada alumno de educación pública a los 6.171 euros de la privada, pasando por los 2.617 de concertada.
Se trata, en todo caso, de una cantidad que suele desembolsarse en un periodo muy concreto de tiempo (al comienzo del curso escolar), por lo que muchas familias tienen la necesidad de reunir el dinero acudiendo a diversas vías de financiación.
¿Cómo conseguir financiación para la vuelta al cole?
Tradicionalmente, para sufragar un gasto puntual debíamos acudir a un crédito bancario o al apoyo de amigos y familiares. Sin embargo, hace tiempo que esta dejó de ser la única vía. Afortunadamente, Internet ha facilitado el acceso online a nuevas formas de financiación para particulares, que hoy en día disponen de un amplio abanico de posibilidades para financiar un proyecto o un gasto extraordinario.
Una opción es solicitar un mini crédito, lo que permite obtener una liquidez inmediata. A diferencia de los créditos bancarios tradicionales, los mini créditos (también llamados mini préstamos, préstamos online o, simplemente, créditos rápidos) no requieren una relación con la entidad bancaria, ni pasar por los farragosos y pesados trámites que requieren las entidades bancarias tradicionales. Al contrario, se trata de un mecanismo financiero cuya principal ventaja es que se articula de manera ágil, rápida y sencilla.
Son préstamos seguros, pero más rápidos y fáciles de obtener que los créditos bancarios. Se trata de créditos flexibles, que permiten la amortización en las cuotas y los plazos elegidos por el cliente, con unos intereses conocidos que se calculan en función de esos criterios.
Los préstamos online se solicitan por Internet exclusivamente, sin necesidad de que el usuario se persona en una oficina física o envíe documentación por vía postal. Conviene que la entidad que concede el mini crédito sea transparente. Por eso, algunas ofrecen un simulador que permite calcular cuántos intereses deben abonarse en función de la cantidad solicitada y el plazo de devolución. A más cantidad y mayor plazo, más intereses.
A la vista de sus características, esta solución se ha popularizado para los gastos imprevistos: gastos puntuales relativamente bajos, que exigen disponibilidad inmediata, pero que no suponen un incremento regular de los compromisos y deudas.
Otra opción muy popular son las tarjetas de crédito. Permiten al usuario disponer de una cantidad, hasta un límite previamente pactado. Sin embargo, y a diferencia de los mini créditos, las tarjetas de crédito exigen una vinculación entre el cliente y el banco, que exigirá generalmente la apertura de una cuenta corriente. Además, en los últimos años los bancos han endurecido considerablemente los requisitos para acceder a sus créditos, por lo que su obtención (sujeta a aprobación) siempre va a ser más dificultosa. Eso sí, tienen la ventaja de que podrás acceder a una mayor financiación, si es que la necesitas.